Cines XXX en la ciudad de La Paz

Cine Murillo

Dos salas de cine pornográfico funcionan desde hace más de 15 años en la misma cuadra en la calle Linares de la ciudad de La Paz. Aunque tienen nombres diferentes, se conoce a ambas como Cine Murillo ya que tienen el mismo dueño. Este cine XXX cuenta con publicidad en internet y es el más conocido, aparte del desaparecido cine Papillón.

“¿Cines porno? Así bien conocidos hay por el mercado Rodríguez, hay harto cine por ahí”, dijo el taxista cuando le pregunté si conocía alguna sala de cine XXX. Don Jaime, un taxista de 52 años me recomendó varios lugares, como la calle Illampu y el barrio chino, pero me llamó la atención su exaltación al hablarme del Cine Murillo. Dijo que era “bien nomás” comparado con otros. En http://www.bolivia.com este cine aparece en un listado de 13 salas de cine principales de la ciudad dela Paz, junto con Multicine, Mega Center y la Cinemateca Boliviana.

Pasillo de entrada al cine Murillo

Las miradas censuradoras de las vendedoras que trabajan a metros del cine Murillo son la primera incomodidad que se siente al entrar a una de estas salas. Después de pagar Bs. Diez, el boletero te guía por un pasillo decorado con carteles y fotos de mujeres desnudas que conducen a una pseudo sala de cine de seis por tres metros aproximadamente, cuyo aroma a polvo, tabaco y pescado hacen la estadía casi insoportable.

Cartel decorativo del cine  Murillo

El comportamiento del público es extraño. En ambas salas asisten entre cinco y siete personas por sesión, mas ninguna ve la película. Se sientan cerca de la puerta, entran y salen, miran siempre a la entrada, como esperando a alguien. “Yo creo que son dealers o maleantes de algún tipo que se reúnen ahí”, dice Daniel Calero (20), quien visitó el Cine Murillo en un par de ocasiones. Nada está confirmado sobre la verdadera intención de lo hombres que acuden al cine Murillo. Lo cierto es que un grupo de clientes de años acude a las sesiones regularmente, pero no para ver las películas que se proyectan.

Una vecina de la zona, Carla Fernández,comenta molesta que “una de las cosas negativas que traen estas salas que, para empezar, debería establecerse que los menores no deberían entrar a estos lugares.” Tanto ella, como las vendedoras que trabajan cerca están en desacuerdo con la subsistencia del cine Murillo a través de los años. Sin embargo, lo único que hacen al respecto es mirar con desaprobación a todo aquel que entra y sale de las salas XXX dela calle Linares.

 

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